Acá ven el video:
https://www.youtube.com/watch?v=JXoAmDDPZz4
Y otro video con audio en off del cuento:
https://www.youtube.com/watch?v=cG_bBwt51zk
Los tres cerditos
Había una vez tres cerditos que eran hermanos, y se
fueron por el mundo a buscar fortuna. A los tres cerditos les gustaba la música
y cada uno de ellos tocaba un instrumento. El más pequeño tocaba la flauta, el
mediano el violín y el mayor tocaba el piano...
A los otros dos les pareció una buena idea, y se
pusieran manos a la obra, cada uno construyendo su casita.
- La mía será de paja - dijo el más pequeño-, la paja es
blanda y se puede sujetar con facilidad. Terminaré muy pronto y podré ir a jugar.
El hermano mediano decidió que su casa sería de madera:
- Puedo encontrar un montón de madera por los
alrededores, - explicó a sus hermanos, - Construiré mi casa en un santiamén con todos estos
troncos y me iré también a jugar.
El mayor decidió construir su casa con ladrillos.
- Aunque me cueste mucho esfuerzo, será muy fuerte y
resistente, y dentro
estaré a salvo del lobo. Le pondré una chimenea para asar las
bellotas y hacer caldo de zanahorias.
Cuando las tres casitas estuvieron terminadas, los
cerditos cantaban y bailaban en la puerta, felices por haber acabado con el
problema. De detrás
de un árbol grande surgió el lobo, rugiendo de hambre y
gritando:
- Cerditos, ¡os voy a comer!
Cada uno se escondió en su casa, pensando que estaban a
salvo, pero el Lobo Feroz se encaminó a la casita de paja del hermano pequeño y
en la puerta aulló:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
Y sopló con todas sus fuerzas: sopló y sopló y la casita
de paja se vino abajo. El cerdito
pequeño corrió lo más rápido que pudo y entró en la casa de madera del hermano
mediano.
De nuevo el Lobo, más enfurecido que antes al sentirse
engañado, se colocó delante de la puerta y comenzó a soplar y soplar gruñendo:
- ¡Soplaré y soplaré y la casita derribaré!
La madera crujió, y las paredes cayeron y los dos cerditos corrieron
a refugiarse en la casa de ladrillo del mayor.El lobo estaba
realmente enfadado y hambriento, y ahora deseaba comerse a los Tres Cerditos
más que nunca, y frente a la puerta bramó:
- ¡Soplaré y soplaré y la puerta derribaré! Y se puso a
soplar tan fuerte como el viento de invierno
Sopló y sopló, pero la casita de ladrillos era muy resistente y no
conseguía su propósito. Decidió trepar por la pared y entrar
por la chimenea. Se deslizó hacia abajo... Y cayó en el caldero donde el
cerdito mayor estaba hirviendo sopa de nabos. Escaldado y con el estómago vacío salió huyendo
hacia el lago
Los cerditos no le
volvieron a ver. El mayor de ellos
regañó a los otros dos por haber sido tan perezosos y poner en peligro sus
propias vidas.